Cultura y bilingüismo

La población paraguaya actual es el resultado de la mestización de dos tipos étnicos y culturales diferentes: uno americano, otro europeo: guaraníes y españoles. Esta mestización tiene características algo diferentes a la que se realizó en otras regiones americanas, en algunas de las cuales ella no llegó a completarse y existen, por un lado, grupos importantes de descendientes de indígenas que conservan la mayoría de sus rasgos raciales y culturales originarios y, por otro lado, una población que está compuesta por descendientes de españoles u otros europeos con sus características étnicas y culturales propias.
En nuestro país, desde el comienzo de la conquista y colonización se produjo -principalmente a causa del aislamiento geográfico y la ausencia de metales preciosos- una intensa mestización por el muy reducido número de hombres españoles en medio de una gran población indígena. Esto último los indujo a tomar como esposas o concubinas a las indias guaraníes y a practicar la poligamia. Hoy en día la población paraguaya es mestiza prácticamente en su totalidad.
Se conoce poco y hay muchas opiniones sobre la proporción de "sangre" indígena y española que entra en la composición biológica de la población paraguaya. En las áreas rurales parece prevalecer el elemento indígena y en las urbanas el español, aunque eso no sea muy determinante y se pueda encontrar tanto entre los ciudadanos como entre los campesinos tipos raciales que se asemejan a representantes de cualquiera de sus dos ascendencias, así como tipos mixtos o mestizados en la mayoría de los casos (Service: 285, 286).
Como consecuencia de la mezcla de los dos tipos étnicos, cada uno poseyendo su propia cultura -una, neolítica con conocimiento de la agricultura y otra, europea del siglo XV estancada por el prolongado aislamiento en que estuvo primero la provincia y luego el país independiente-, se produjo una mezcla que dio por resultado la actual cultura paraguaya.
Todavía no se ha llegado a estudiar suficientemente qué proporción de cada cultura originaria entró en la mezcla resultante y hay quienes discuten sobre si tenemos una o dos culturas paraguayas. Aparentemente prevaleció la cultura del dominador: la organización política, social y económica; la religión; la vestimenta y la vivienda; los instrumentos de metal y las técnicas de producción; el arado y la carreta. De la cultura indígena se conservan algunas costumbres y utensilios: el uso de la yerba mate y otros productos agrícolas; valores como la solidaridad y la cooperación; y -lo más sorprendente- la lengua guaraní hablada por casi toda la población.
Es evidente la existencia de una cultura propiamente paraguaya que es muy homogénea y compartida por toda la nación. Somos culturalmente originales y diferentes en muchos aspectos respecto a nuestros vecinos argentinos, uruguayos, chilenos, bolivianos y brasileños. Tenemos ricas tradiciones que son propias de este país: música, folclore, comidas típicas, costumbres y valores; de los que participamos todos.
Con respecto al uso mayoritario del guaraní en toda la extensión del país, una lengua aborigen americana, se puede decir que el Paraguay es el único caso de este tipo en América. La lengua española, lengua del dominador usada en casi todo el continente, se usó también en el país desde su origen pero cuenta con menor número de hablantes, calculado en poco más de la mitad de la población.
Como la lengua guaraní se usa más en el campo, donde reside la mayoría de la población, y el castellano se usa más en las áreas urbanas, se podría decir que hay una cultura rural y otra urbana; pero -por la gran movilidad social entre campo y ciudad- en las ciudades nadie es ajeno a las costumbres y usos campesinos. También hay pocas cosas de la cultura ciudadana que el campesino no conoce porque ambas culturas han estado en contacto por mucho tiempo, solamente que el campesino no puede participar de esta cultura, está forzado a vivir en las costumbres que funcionan para él bajo circunstancias económicas particulares y que es incapaz de cambiar (Service: 291).
Cada cultura debe corresponder a una lengua y cada lengua a una cultura. Como en el Paraguay el 90% de la población habla en guaraní y el 55% en castellano, según el censo de 1982, tendríamos que deducir que hay dos culturas nacionales: prácticamente todos los paraguayos pertenecerían a la cultura paraguaya que se expresa en guaraní y más de la mitad serían biculturales poseyendo dos culturas nacionales. Sin embargo, se puede afirmar que la única cultura verdaderamente nacional y paraguaya es la que se expresa en guaraní. Los que también hablamos en castellano, participamos de la cultura hispana, muy semejante a la de los demás países de América Latina y que es próxima a otras culturas europeas. Pero esa cultura no es una cultura verdaderamente paraguaya, es cultura europea y universal. La nación está atrasada desde el punto de vista del desarrollo del comercio y la industria internacionales, es esencialmente una sociedad campesina, pero desde el punto de vista de la unidad cultural es muy avanzada (Service: 289). Gracias a Dios, el pueblo paraguayo no está del todo "civilizado" ni del todo "desarrollado" y por lo tanto puede todavía ser paraguayo. Hay en él recursos del pasado que son energía para el futuro. La cultura que comprenda ese proceso y lo potencie en el pueblo, será cultura nacional (Meliá: 77).
La cultura paraguaya entonces -a nuestro parecer-, a pesar de tener aparentemente más elementos de procedencia española que de la aborigen, es la que principalmente se expresa en guaraní y los paraguayos que aprenden el castellano lo hacen como quien aprende por necesidad una lengua extranjera.
Esto se refleja en la escasez de literatura paraguaya en castellano -el escritor se encuentra con la dificultad de expresar en español una realidad pensada en guaraní-, y también en que usamos muy pocos dichos y proverbios en español. En cambio tenemos muchísimos ñe'enga, que se dicen en guaraní o jopara (mezcla de guaraní y castellano). La literatura en guaraní también es escasa y eso se debe a que no se nos enseñó a leer y escribir en guaraní. Somos analfabetos en la lengua que casi todos hablamos, pero se tiene una riquísima "literatura" oral: adivinanzas, proverbios, relaciones, relatos, fábulas, mitos y leyendas que se cuentan en guaraní y corren de boca en boca entre la gente campesina.
Si se llegara a alfabetizar a la población en guaraní se estimularía su producción literaria y podría producirse un auge cultural, recién entonces habría una verdadera literatura paraguaya en guaraní. Si además de eso se enseñara en las escuelas a hablar en castellano con métodos efectivos de enseñanza de segundas lenguas también aumentaría en calidad y cantidad la literatura paraguaya en español porque aumentaría su número de lectores y escritores.

1 comentario:

  1. que esto si es un poco interesante por que se trata de mi pais

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